Hay muchas maneras de desahogarse, la mía, es esta... Y es
que me siento asfixiada dentro de mi propia "casa" dentro de mi
propio país, parecería ilógico para quien no vive en Venezuela, para quien no
lee el periódico en este país (el cual no se sabe cuantos días de vida le
quedan, cabe destacar) o para quien opina que “todo marcha viento en popa”… Un
país que da risa y dolor a la vez, donde sales a la calle y lo primero que ves
es a sus habitantes haciendo cola, una cola y otra cola y otra cola,
repetitivas, así como un copia y pega, la única diferencia entre una y
otra es el producto que se desee
adquirir. Lo que resulta desconcertante, ¡DESCONCERTANTE COÑO!, este país hace
cola para poder limpiarse el culo. Aquí ya no se come la típica arepa con
mantequilla por la mañana todos los días, aquí se come lo que se encuentre, y
no, no es literal. Y es que nos falta lo básico y mucho más, nos faltan
valores, nos falta entereza, nos falta seguridad, nos falta un gobierno que
valga la pena, nos hace falta despertar.
Si bien es cierto que gran parte del problema radica en la
mente de cada individuo con cédula venezolana, este gobierno es la mayor parte
del problema, este gobierno que huele a cloaca, que está acostumbrado a jugar
con "la inteligencia" de este país, creo que cometo un gran error al
generalizar, sí, es un error, y lo confirmo cada vez que salgo a la calle.
Hay muchas cosas que me perturban, que me asfixian que me
hacen pensar que mi futuro aquí es más incierto de lo que creía. Los
venezolanos tenemos memoria a corto plaza, hoy solo nos quejamos por una
devaluación, que no es una devaluación pero tiene todas las características de
una devaluación, pero no es devaluación, porque el gobierno me dijo que no es
devaluación, sí, más de uno ha de haber dicho eso.
La presidencia le queda grande al actual mandatario del cual
no vale la pena si quiera mencionar el nombre. , Es como si no hubiera nadie
allí, es como si quien nos dirige es la cloaca de la que ya hable.
En las redes sociales (desde donde hacemos las mejores
protestas) una cosa va reemplazando la otra, ya se nos olvidó Mónica, ya se nos
olvidó el familiar que fue asesinado por la miseria de este país, ya se nos
olvidó que salimos a la calle con miedo y sin ninguna seguridad de volver a
casa. Que tus pertenencias son tuyas hasta que un delincuente se enamore de
ellas. Ya se nos olvidó que no tenemos lo básico en los supermercados, que la
escasez nos está haciendo suya, nos está arrastrando de la manera más fría,
hasta se podría decir que la inseguridad y la escasez son los verdaderos
gobernantes de este país.
Venezuela está, llena de huecos y no me refiero a los de las
calles que a más de uno le dobló el rin del caucho o los amortiguadores, me
refiero a los de la economía, y aquí son mucho más grande. No hace falta ser
miembro del gobierno para darse cuenta de esto, no hace falta ser economista
para darse cuenta que no solo yo estoy asfixiada, el gobierno venezolano ya
tiene respiración artificial.
Venezuela tiene habitantes que no merecen haber nacido, y lo
digo con toda la responsabilidad que esto amerita, y asumes esta
responsabilidad cuando matan la inocencia en tu familia. Todavía no me cabe en
la cabeza y nunca entenderé como alguien puede ser capaz de acabar con una vida
tan corta, con la inocencia, con los juegos. Me cuesta creer que un simple
mortal crea tener la potestad sobre el destino de otro ser humano, cuando
realmente no valen nada, no valen nada.
Llevamos años esperando el cambio, un cambio que por
supuesto debe ir más allá de un presidente, mi memoria a corto plazo no me da
otro culpable que Chávez cuando intento darle un porqué a todo esto, aún
recuerdo claramente la cadena donde dejaba a Maduro como el elegido, como
"el heredero”, dejaba sobre este una estructura con bases de papel. La
"patria querida" no se está hundiendo porque el presidente actual no
sabe gobernar (cosa que es cierto) estas son las consecuencias del gobierno de
Chávez, estas son las consecuencias de tapar el sol con un dedo.
¿Cómo sueña uno en este país? A mí, este país no me promete nada. No me
deja soñar. De nada nos sirve tener paisajes inigualables, de nada nos sirve
tener las mujeres más bellas del mundo, de nada nos sirve, si no podemos si
quiera mantener bases sólidas en nuestra estructura, si no podemos respetar la
vida y la opinión de otro ser humano.
Escribo estas líneas con la esperanza de que en un tiempo
podré releerlas y darme cuenta de que estaba equivocada, y darme cuenta que el
cambio por fin llegó.